Los lunares y las verrugas son lesiones cutáneas comunes que pueden aparecer en diferentes partes del cuerpo. Aunque comparten algunas similitudes, existen diferencias clave entre ambos. Es importante aprender a distinguir entre una verruga y un lunar para entender mejor cómo tratar y manejar cada una de ellas.

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Lunares

Los lunares, también conocidos como nevos, son pequeñas manchas en la piel que generalmente son de color marrón o negro. Estas lesiones suelen ser redondas u ovaladas y pueden estar presentes desde el nacimiento o desarrollarse con el tiempo. La mayoría de los lunares son inofensivos y no requieren tratamiento médico. Sin embargo, se recomienda prestar atención a cualquier cambio en su tamaño, forma o color, ya que podría indicar la presencia de un melanoma, un tipo de cáncer de piel.

Los lunares pueden variar en tamaño y textura. Algunos pueden ser planos y suaves al tacto, mientras que otros pueden sobresalir ligeramente de la piel. A menudo, los lunares no causan molestias, pero en ocasiones pueden picar, sangrar o volverse dolorosos. Si experimentas alguno de estos síntomas, es recomendable consultar a un dermatólogo para una evaluación más detallada.

Verrugas

Las verrugas, por otro lado, son crecimientos cutáneos causados por una infección viral en la capa superior de la piel. Están asociadas principalmente con el virus del papiloma humano (VPH). A diferencia de los lunares, las verrugas pueden tener diferentes formas y tamaños. Pueden ser ásperas al tacto y tener una apariencia similar a una coliflor. Las verrugas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en las manos, los pies y las áreas genitales.

Las verrugas pueden ser contagiosas y propagarse de una persona a otra a través del contacto directo o indirecto. Si tienes una verruga, es importante evitar rascarse o frotarla, ya que esto puede aumentar el riesgo de propagación a otras áreas de tu cuerpo.

Cómo distinguir entre una verruga y un lunar

Para diferenciar una verruga de un lunar, presta atención a las siguientes características:

• Color: Los lunares suelen ser de color marrón o negro, mientras que las verrugas pueden ser del mismo color de la piel o tener un tono ligeramente más oscuro.
• Textura: Los lunares suelen ser lisos, mientras que las verrugas pueden tener una textura áspera y ser elevadas.
• Crecimiento: Los lunares generalmente no cambian mucho con el tiempo, a menos que haya una razón específica, como la exposición al sol. Por otro lado, las verrugas pueden crecer o multiplicarse con el tiempo.
• Síntomas: Aunque los lunares pueden ser asintomáticos, algunas verrugas pueden causar picazón, dolor o sangrado.

Si tienes dudas sobre una lesión en tu piel, es recomendable consultar a un dermatólogo. Un médico podrá realizar un examen adecuado y, si es necesario, realizar pruebas adicionales para determinar si se trata de un lunar o una verruga, y proporcionarte el tratamiento adecuado si es necesario.

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